MEDICINA DEL SIGLO XXI
- Dra Irene Loza
- 6 feb
- 2 Min. de lectura

Ser médico, como casi todas las profesiones, es un reto, pero ser médico en el momento actual lo es aún más.
En la práctica clínica diaria te das cuenta de las consecuencias de nuestro estilo de vida occidental, y sabes que dispones de poco tiempo para conocer al paciente desde un punto de vista biopsicosocial para poder valorar todos sus factores de riesgo. Factores que pueden ser modulados o incluso eliminados, a través de una educación médica preventiva e individualizada. Ya se sabe que más vale prevenir que curar. El mejor tratamiento siempre va a ser la prevención. Esto es aplicable a cualquier paciente, independientemente de su edad. ¡Nunca es tarde!
Es interesante resaltar aquí que en países en vías de desarrollo que han adoptado el estilo de vida occidental, también adoptan como consecuencia las mismas enfermedades propias de Occidente.
Del mismo modo que en épocas pasadas conseguimos erradicar muchas de las enfermedades infecciosas que tantas muertes causaron, ahora tenemos que afrontar el reto de las enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento y al actual estilo de vida; patologías metabólicas, cardiovasculares y neurodegenerativas fundamentalmente.
Llevamos más de doscientos años de revolución industrial y nuestros organismos no se han adaptado aún (¿se adaptarán?) a asimilar alimentos ultraprocesados en vez de alimentos naturales, a permanecer despiertos 24 horas al día, la cronodisrupción, a una sobreestimulación constante y a un estilo de vida sedentario, entre otros muchos hábitos dañinos. No olvidemos nunca que la naturaleza es sabia.
Más o menos somos un 25% genoma y un 75% “exposoma”. Por tanto, es fundamental tener en cuenta el factor ambiental, que es decisivo para la expresión, o no, de dicho genoma, y en consecuencia, para la aparición, o no, de determinadas enfermedades.
Ya Hipócrates nos enseñó que la Medicina es un arte, y como tal requiere de tiempo y de paciencia. Arte que se concilia mal con los diez minutos que tenemos para atender a nuestros pacientes. Nunca se valorará lo suficiente la importancia que tiene el poder dedicarles el tiempo necesario.
En Medicina, como en la vida, hay cosas inevitables, que sobrevienen de forma inesperada y que nos afectan en mayor o menor medida. Sin embargo, otras muchas, sí son evitables, y es aquí donde el famoso exposoma, del que hablábamos antes, adquiere su mayor protagonismo. Cuidemos nuestro estilo de vida, de esta manera quizás consigamos evitar muchos de los problemas de salud de la sociedad actual: obesidad, hipertensión arterial, dislipemia, diabetes mellitus tipo 2, infarto agudo de miocardio, ictus, burnout, enfermedad pulmonar obstructiva crónica….
En definitiva, como médicos del SXXI tenemos que seguir inclinando la balanza hacia la prevención, y seguro que así, en un futuro no muy lejano, muchas de las mencionadas enfermedades, que hoy son pandemia, se conviertan en epidemias aisladas.
Dra. Irene Loza
BRAVO Doc! Qué suerte tienen tus pacientes ❤️
Top, poco a poco voy entendiendo cada vez más cómo funcionamos y la importancia de un estilo de vida saludable (comida real, deporte, descanso, meditación, etc.) en nuestro bienestar. Gran trabajo de divulgación Irene!
Pedazo de Médica, que tenemos!!!
Más Dras Irenes Loza debería tener la SANIDAD en este PAIS...
Cuanto mejor nos iría.